miércoles, 27 de marzo de 2013

Deseos Pascuales

Año tras año expresamos que la Pascua renueva nuestra fe. Que la presencia de Jesús, con su triunfo de Vida, nos da una certeza de que el amor, la verdad y la paz no son una utopía sino el fundamento motor de nuestra esperanza.  La Pascua es un cambio que demanda el Sí de nuestra libertad, y que al mismo tiempo invita a que se haga nido en nuestro corazón.  Es una circunstancia extrema que nos impide permanecer indiferentes, o meros espectadores de de lo que sucede en nuestros ambientes.  Nuestros demandas de un cambio social, exige con coherencia un primer paso que se traduce en un cambio en nuestra persona.
Particularmente para esta tierra, este año,  la Pascua tiene un aditamento nuevo. Tal vez hasta un llamado de atención.  Desde esta sociedad surgió al Mundo un sucesor de Pedro.  Circunstancia que nos llena de orgullo y alegría. Al tiempo que sin privarnos de ello nos invade una sensación que  exige esmero;  prudencia  y por sobre todo humildad.  Es grato entonces ante el pedido del Papa Francisco recrear nuestra Ilusión, tanto como nuestra Entrega y Espíritu de caridad.  Sabemos que no operamos solos. Que nuestras acciones se destacan en  la vida de comunidad, -en racimo-. Por eso, renovados a la espera de esta fiesta de la vida, sintiéndonos  amados aun en nuestras  debilidades,  imploramos por ejercer  una nueva mirada, que sea capaz de otorgarnos el beneficio de  ver que todo hombre pueda convertirse a nuestros ojos en un hermano amado.
Felices Pascuas
Secretariado