Discípulo misionero: EG
cap 3 “no puede haber auténtica evangelización sin
proclamación explícita de que Jesús es el Señor […] debe ser nuestra prioridad
absoluta […] esta salvación, que realiza Dios y anuncia gozosamente la Iglesia,
es para todos, […] Jesús no dice a los Apóstoles que formen un grupo exclusivo,
un grupo de élite, Jesús dice: Id y haced que todos los pueblos sean mis
discípulos […] ser fermento de Dios en medio de la humanidad […] tener
respuestas, dar aliento, dar esperanzas, dar nuevo vigor en el camino […] el Espíritu Santo fecunda su cultura con la
fuerza transformadora del Evangelio […] toda cultura propone valores y formas
positivas que pueden enriquecer la manera de anunciar, concebir y vivir el
Evangelio […] a veces en la Iglesia caemos en la vanidosa sacralización de la
propia cultura, con lo cual podemos mostrar más fanatismo que auténtico fervor
evangelizador. […] el instinto de la fe que ayuda a discernir lo que viene
realmente de Dios, en virtud del Bautismo recibido se ha convertido en
discípulo misionero (cf Mt8,19) […] todo cristiano es misionero en la medida en
que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús. […] todos estamos
llamados a crecer como evangelizadores […] una mejor formación, una
profundización de nuestro amor y un testimonio más claro del Evangelio […]
todos tenemos que dejar que los demás nos evangelicen constantemente […]
encontremos el modo de comunicar a Jesús que corresponde a la situación en que
nos hallemos […] nuestra imperfección no debe ser excusa; al contrario, la
misión es un estímulo constante para no quedarse en la mediocridad y para
seguir creciendo. […] se trata de llevar el Evangelio a las personas que cada
uno trata, tanto a los más cercanos como a los desconocidos […] ser discípulo
es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús […] el
anuncio fundamental: el amor personal de Dios que se hizo hombre. […] no hay
que pensar que el anuncio evangélico deba transmitirse siempre con determinadas
fórmulas aprendidas”.
LA
ESCALERA
Un carpintero, todos los
días iba a rezar a la montaña, ya que de esa manera se sentía que estaba muy
cerca de Dios, decidió una vez construir una escalera para poder subir por la
montaña más rápido y poder estar cerca de Dios con más facilidad.
Un
vecino que vio lo que estaba haciendo le dijo:
Si me regalas un peldaño
me servirá de mucho y a tu obra no la perjudicará, ¿podrías regalarme un
peldaño de tu escalera?
El carpintero pensativo
mientras rascaba su cabeza, se lo dio, el vecino se lo agradeció y se fue
contento. Después llegó otra persona y le explicó que, permitiéndole usar unos
peldaños, trabajaría y alimentaría a sus hijos.
El carpintero accedió y
le regaló unos peldaños. El hombre se retiró contento y agradecido.
El carpintero continuó trabajando
en su obra, pasó por allí una pobre mujer y le pidió que le regalara un pedazo
de madera, ya que era urgente arreglar una pared de su casa por la que se
filtraba el viento; el carpintero accedió al pedido, la mujer se alejó
agradecida y muy contenta.
Vinieron muchos más, y
el carpintero seguía accediendo, el invierno era duro, la miseria grande y el
carpintero les daba a todos pedazos de su escalera aún para quemarlos como leña
y decía:
-
No comprendo, mi escalera es cada vez más
chica y sin embargo, me siento cada día más cerca de Dios. (autor desconocido)
1.
¿creés
que sos un discípulo actual, para la sociedad de hoy? ¿por qué?
2.
El
carpintero ¿fue un discípulo como pide la Iglesia hoy? Cómo fue su discipulado,
según el cuento?
3.
Según
el documento EG, le faltó algo al carpintero para ser un verdadero misionero?
Por qué?
4.
Realmente
tu vida es de discípulo misionero, cuándo, por qué?