domingo, 22 de diciembre de 2013

Mensaje de fin de año

Enriquecidos por la exhortación apostólica del Papa Francisco, titulada Evangelii Gaudium (El Gozo del Evangelio) sobre el anuncio de la Buena Nueva en el mundo actual, donde particularmente se resalta la alegría del cristiano; cerramos el año perseverantes en esta tarea.
La situación de una apertura de nuestro ser Iglesia, donde nuestra persona juega un papel fundamental en el entorno de la vida cotidiana, da lugar sin dudas a una alegría que se renueva.
Este, nuestro trabajo, se basa en la comunidad: esa misma que asume su compromiso desde el lugar que le cabe a cada uno. En este sentido, no todos pueden hacerse presentes a lo largo de las tareas del año, sin embargo se siente su presencia y se vive su piedad. Muchos son los que aportan soluciones desde su conocimiento. Y es claro que todo se conjuga en una acción conjunta.
Durante el 2013 pudimos darnos cuenta, en una rápida evaluación, del crecimiento en el número de ahijados, haciendo que los cursillos se enriquezcan con nuevos corazones. Tan sólo con ligeros cambios, el método es él mismo, que no deja de lado la esencia que nos mueve. Perseguimos con valentía la decisión de poder llegar a equivocarnos haciendo algo, a quedar falsamente inmaculados y no errar por no plantearnos nada.
El proyecto para el año 2014 contempla la realización de seis cursillos y tres jornadas, y como siempre abordar todo desafío que las circunstancias nos puedan plantear. Nuestro anhelo mayor consiste en seguir encontrando eco en nuestra tarea: agrandar nuestros ambientes.
Y que el nacimiento del Niño nos de la fortaleza y la unidad necesaria para continuar con el anunció de la Buena Noticia, cada vez con más alegría, siempre dispuestos y de colores.

Feliz Navidad