miércoles, 19 de enero de 2011

24 de ENERO: FIESTAS PATRONALES IGLESIA CATEDRAL

FIESTA  DE “MARIA REINA DE LA PAZ
El 24 de enero celebramos las Fiestas Patronales de la Iglesia Catedral  Nuestra Señora de la Paz.
A las 19, en la plaza Grigera, de Lomas de Zamora se hará una misa, procesión y una cantata mariana.
Para todos los que pasamos por la hermosa experiencia de Cursillos de Cristiandad esta Iglesia Catedral Nuestra Señora de la Paz es muy querida a nuestra afectos, ya que las actividades principales del MCC, se realizan en ella. Como misas de palancas, todos los miércoles, a las 21, la ultreya semanal, entronques etc.

FIESTA DE “MARIA REINA DE LA PAZ
Finalizado el IX Concilio de Toledo, pasada la medianoche del 18 de diciembre del año 645, el arzobispo San Ildefonso, ferviente devoto de la Virgen María, se dirigió a la Catedral para cantar Maitines, las oraciones litúrgicas matinales. Una vez dentro del templo, el metropolitano vio que el altar mayor se iluminaba con un fuerte resplandor. Quienes se hallaban a su lado huyeron espantados, pero él avanzó decididamente deparándose con una aparición de la Santísima Virgen a quien vio reluciente, sentada en su cátedra episcopal. La Reina del Cielo habló a su fervoroso servidor con dulces palabras, tratándose de un verdadero impulsor de la fe en su virginidad perpetua e inmaculada concepción.
“Tu eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla la cual mi Hijo te envía de su tesorería”. Fue entonces que extendiendo sus brazos le entregó una casulla, y después desapareció. Antes de hacerlo, le dio expresas instrucciones de cómo usarla; “...solamente en los días festivos designados en su honor”.
Aquel prodigio marcó para siempre la vida del santo hasta tal punto que siempre inspiró su accionar, ya palpable en su tratado De virginitate perpetua sanctae Mariae.
Aparición y casulla fueron pruebas tan contundentes, que aquel mismo año el Concilio de Toledo dispuso un día de fiesta especial para perpetuar este acontecimiento, el cual aparece documentado en el Acta Sanctorum como “El Descendimiento de la Santísima Virgen y de su Aparición”.
Por este particular beneficio, tras la muerte de San Idelfonso ocurrida el 23 de enero de 667, la Iglesia de Toledo decretó que el 24 de enero fuese celebrado solemnemente en todo el reino de España conducido por los visigodos, el memorable descenso de la Virgen María a su magnífica Catedral.
Pasarían cuatro siglos para que, a raíz de un singular acontecimiento histórico, la advocación de Nuestra Señora de la Paz se hiciese realidad.
Reconquistada de los árabes la estratégica ciudad de Toledo, precisamente la capital de la España visigótica, una de las condiciones estipuladas para la firma de la paz fue que la antigua catedral, convertida en mezquita tras la invasión musulmana, permaneciese como lugar de culto y oración del islam, condición que el Rey leonés aceptó. Y firmado el tratado, enseguida se ausentó de Toledo, dejando como gobernadora de la plaza a su esposa Constanza.
Mucho molestó a los cristianos aquella decisión pues consideraban algo indigno que la antigua Catedral, donde Nuestra Señora se le había aparecido a San Idelfonso, estuviera en manos infieles. Por esa razón enviaron emisarios ante la reina y el arzobispo Rodrigo, quienes se manifestaron de acuerdo con los reclamos y apoyaron decididamente la solicitud de que la misma volviese a sus manos.
Sabido aquello y que los fieles hacían aprestos para tomar la Catedral por la fuerza, desconociendo el compromiso asumido por el rey, los musulmanes salieron a la calle provistos de palos, picas y sables y se lanzaron sobre los cristianos dispuestos a resistir. Se entabló un feroz combate frente a la Catedral, que se prolongó hasta que la reina y el arzobispo se hicieron presentes para anunciar que el rey era ajeno a esos hechos.
Los musulmanes enviaron embajadores para denunciar ante el rey a su propia esposa y al arzobispo, acusándolos de consentir el ataque y entonces Alfonso, fuera de sí, se trasladó a Toledo para imponer su voluntad y castigar a quienes habían violado su palabra, entre ellos la reina y el arzobispo. Entonces salieron los cristianos con la reina y el arzobispo a la cabeza, dispuestos a implorar su perdón, pero de nada valieron sus ruegos. Don Alfonso anunció que, tal como lo había prometido, la Catedral quedaría en poder de los moros.
En aquel momento ocurrió un hecho que dejó a todos pasmados. Las puertas de la ciudad se abrieron y por ella salió una comitiva enviada por los musulmanes para suplicar que los cristianos fuesen perdonados y anunciar que estaba dispuestos a devolverles la Catedral.
Grande fue el regocijo tanto del Rey como de su pueblo, que vieron en ese hecho inesperado la mano de la Divina Providencia. Al día siguiente, 24 de enero, los cristianos tomaron posesión de la Catedral e hicieron festejos en honor de la Virgen a la que, por haber restablecido la paz en la fecha de su fiesta, veneran de ahí en más con el nombre de Nuestra Señora de la Paz.
El 22 de agosto de 2010, en nuestra diócesis, al coronar a Nuestra Señora de la Paz, nuestro Obispo, Jorge Lugones, decía:   “La costumbre de representar a santa María virgen ceñida con corona regia data ya de los tiempos del Concilio de Efeso (431), lo mismo en Oriente que en Occidente.
“Hoy junto al Señor la coronamos. “A tu derecha está la Reina enjoyada con oro de ofir” reza la escritura. Y la imagen la contemplamos sentada con el niño, esta sentada en la cátedra en el trono, porque esta es su cátedra, esta es su casa.
“Ella sabemos que no necesita de coronas materiales, pero nosotros como hijos suyos, que nos movemos desde  el sentido, necesitamos el gesto que nos ayude a contemplar a la Madre y Reina, para que se proyecte este gran deseo, de que verdaderamente: reine en nuestros corazones, queremos con este gesto que María reine en nuestros corazones, y que reine como Señora de la Paz; que nos ayude a cada uno a ser un poco más justos cada día.