La Navidad… Para muchos es una fecha triste, para otros una linda fecha, de cualquier manera es bueno recordar que la Navidad es el nacimiento de nuestro Señor y es motivo para estar contentos y agradecer todo lo bueno y lo malo que siempre nos da…
La Navidad es estar en paz con Dios, es poder decirle gracias; gracias por otro año, por otra Navidad, por la unidad, la humildad, por su fortaleza durante este año de lucha que concluye.
Gracias por hacer de esta Navidad la mejor y la más especial. Gracias por seguir amándonos.
Hay muchas maneras posibles de celebrar la Navidad, pero para vivirla de verdad hay que comenzar por acercarse espiritualmente al Portal de Belén, y allí arrodillarnos junto a la Cuna del Niño, adorarle, recibirlo en nuestros brazos y en nuestro corazón con la misma reverencia y la misma ternura de la Virgen María.
En pocos días más viviremos :“noches de paz, noches de amor” y pueden ser ocasión de rectificar si vivimos este tiempo previo como oportunidad de cambios.
El tiempo vuela, las fiestas se nos vienen encima: ¡calma! Respondamos con dulzura, aunque espontáneamente no nos salga, encontremos tiempo y tomémonos tiempo. No guardemos rencor. Perdonemos y pidamos perdón si nos hemos equivocado. Escuchemos más a los otros. Tratemos de comprender. No seamos envidiosos. Compartamos nuestros pequeños tesoros: sonríamos un poco -¡sólo un poquito más!-. Seamos agradecidos. Seamos solidarios con los que más necesitan.
Gracias, Jesús Nuestro Señor, porque nos enseñaste a ser humildes naciendo en un pesebre cuando podías haber nacido en un palacio.
Enséñanos a ser como Tú humildes y mansos de corazón.
FELIZ NAVIDAD